martes, 14 de abril de 2015

Emociones y Alzheimer

Estar al cuidado de un paciente con Alzheimer requiere, por parte del cuidador, de una importante gestión de las emociones. Los pacientes enfermos de Alzheimer tienden a tener cambios bruscos en el comportamiento: algunas veces están más dispuestos a participar de las actividades y se muestran más colaborativos con sus cuidadores. Sin embargo, hay ocasiones en las que pueden llegar a estar confundidos, temerosos o ansiosos o pueden manifestar enfado cuando están fuera de su ambiente más próximo.

Así, los profesionales a cargo de estas personas están expuestos a situaciones difíciles: el estrés personal y emocional de cuidar a una persona con la enfermedad de Alzheimer es muy grande, por lo que comprender sus emociones les ayudará a enfrentarse a los problemas del paciente de forma óptima.

La vida del cuidador del enfermo de Alzheimer, particularmente, gira en torno a dos pares opuestos de emociones:
  • El miedo y la culpa, ante determinadas situaciones que puede experimentar con el paciente: miedo a sus reacciones o culpabilidad por sentir que ya no puede continuar con su labor.
  • La alegría y la euforia al ver progresos en su paciente y comprobar que su labor está consiguiendo buenos resultados.

Son emociones muy diversas que el cuidador debe aprender a gestionar para que su relación con el paciente sea óptima: todo esto le permitirá al cuidador adoptar una actitud positiva y adecuada, que facilitará su relación con el enfermo, además de mejorar la autoestima y motivación del mismo.


Por ello, es muy importante que los cuidadores y profesionales que trabajan con enfermos de Alzheimer tengan claro que la gestión emocional es una fuente de información muy relevante para ellos, tanto para su vida laboral como personal.

Lo fundamental es que tengan claro que gestionar no es controlar ni reprimir sus emociones, sino elegir qué hacer con ellas: reconocerlas y darse cuenta de ellas, implica permitir que surjan sin reprimirlas, pues si se hace esto, lo que se consigue es que el cuidador se bloquee y se aleje cada vez más de sí mismo.

¿Qué queremos decir con esto? Que es fundamental que sepan gestionar sus propias emociones para así poder enfrentarse, dedicarse y atender las necesidades de sus pacientes con éxito: sabemos que, si no estamos a gusto con nosotros mismos, no podremos estarlo con los demás y el vínculo cuidador-paciente se irá deteriorando, pues no se generará el clima apropiado de confianza, imprescindible en esta relación.

- Escrito por Mª Elena Chinea Rodríguez -

Fuente: La gestión de las emociones del cuidador principal de una persona con Alzheimer; http://knowalzheimer.com/la-gestion-de-las-emociones-del-cuidador-principal-de-una-persona-con-alzheimer/; acceso el día 14 de abril de 2015.
Imagen: Imagen extraída de Google Imágenes.

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